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lunes, 13 de diciembre de 2010

EL GOBERNADOR LE DEBE UN AGRADECIMIENTO A QUINTANARROENSES


CANCÚN, Q.R., Lunes 13 de Diciembre 2010.

CONSTE!
LE FALTA A FÉLIX

+ El gobernador le debe un reconocimiento a los quintanarroenses
+ Cómo contribuyeron al exitoso resultado de la cumbre climática
+ La sensibilidad política que evitó caer en represión como en 2009

Por CARLOS CANTÓN ZETINA*
carlos_cantonz@hotmail.com

Y al final, en Cancún ¡sí se pudo!. Cancún hizo historia para salvar el clima y al planeta entero…
Lo que no se había logrado en 13 años, desde 1997 en que los países desarrollados firmaron el Protocolo de Kioto, se concretó en este destino turístico de Quintana Roo.
Apenas unas horas antes de que concluyera la COP 16 --la madrugada del sábado 11-- a muchos les parecía exageradamente optimista la postura del presidente panista Felipe Calderón y del gobernador priista Félix González Canto, quienes daban como un hecho que habría acuerdos y que no se repetiría el fracaso de la anterior cumbre en Copenhague. Pronto se vio que ambos no se equivocaron ni quedaron en ridículo.
Los “Acuerdos de Cancún” incluyen compromisos trascendentales para la Humanidad como la reducción de emisiones contaminantes de los países industrializados --¡China, Estados Unidos y Japón por fin aceptaron, y eso parecía imposible de lograr!--; no aumentar más de 2 grados centígrados el calentamiento global hacia el final del siglo; diseñar un “Fondo Verde para el Clima” (propuesta mexicana) que canalizará 100 mil millones de dólares a países pobres, y adoptar mecanismos para disminuir las emisiones nocivas por deforestación y degradación de suelos.
En esta columna periodística del viernes 10 (TRIUNFO DE QUINTANA ROO) establecimos que, independientemente del resultado de las negociaciones, el estado ya era ganador. La reunión de 194 naciones se traduce en múltiples beneficios para sus habitantes.
Sin embargo, cuando es sabido el exitoso resultado de la cumbre mundial contra el cambio climático, algo le falta por hacer a González Canto: expresar pública y ampliamente su reconocimiento --y agradecimiento-- al pueblo quintanarroense. No se le deben escatimar sus méritos en la histórica batalla ganada aquí. Sería bien visto que el gobernador dirigiera a la ciudadanía un mensaje personal y directo, a través de TV y radio, así como en desplegados en la prensa, en ese sentido. Pero también para explicarle de manera concisa cuáles fueron las conclusiones de la conferencia y en qué la beneficia concretamente.
Lo justifica el solo hecho de que la COP 16 ha sido el acontecimiento más importante ocurrido en los 40 años que tiene Quintana Roo como estado ¡y salió victorioso!.
Es el momento apropiado, y González Canto no debería desaprovechar la oportunidad de darle un simbólico abrazo a sus coterráneos y gobernados.
Calderón hizo bien en felicitar abiertamente a la canciller mexicana Patricia Espinosa, quien en su calidad de presidenta de la conferencia constituyó toda una revelación por su habilidad diplomática y, al mismo tiempo, por imponer su autoridad cuando parecía que Bolivia conduciría al naufragio las negociaciones. La funcionaria misma --que dio lustre al grisáceo gabinetazo calderonista-- fue reconocida y hasta ovacionada por los delegados, algo inusual en este tipo de reuniones. También fue acertada la decisión del Ejecutivo Federal de no pichicatear elogios a los esfuerzos de los participantes: “Todas y todos, cada uno de ustedes, han logrado en Cancún un verdadero éxito”.
Para México hay una cauda de reconocimientos. Lo mismo de jefes de gobiernos como Barack Obama, presidente de Estados Unidos, que Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, y de reconocidos organismos ecologistas como Greenpeace y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).
Es momento de celebrar un triunfo, y con toda razón Calderón expresó: “Dije que Cancún podía, y la verdad es que Cancún pudo. Cancún podía sacar acuerdos, y Cancún sacó acuerdos. Cancún podía iniciar una nueva era de combate, junto y corresponsable al cambio climático, y lo está logrando”.
¿Por qué felicitar a los quintanarroenses?.
Porque contribuyeron en buena medida a que la histórica cumbre tuviese ese exitoso colofón.
Porque demostraron al mundo no sólo que constituyen una sociedad trabajadora y emprendedora, sino además que son magníficos anfitriones: cálidos, hospitalarios y respetuosos.
Porque --hay que recalcarlo-- miles de ellos soportaron con estoicismo las molestias causadas por el fuerte aparato de seguridad –necesario, claro-- con sus retenes y la consecuente alteración del tránsito vehicular e incluso peatonal. Benitojuarenses y solidaridenses, en particular, fueron afectados también por las manifestaciones de los grupos de altermundistas.
Héroes anónimos de la COP 16 fueron miles de modestos trabajadores de hoteles, restaurantes, líneas aéreas, agencias de viajes y del aeropuerto, pasando por los elementos de seguridad pública estatales y municipales, hasta personajes de mayor nivel (funcionarios y empresarios). Lo mismo, personal de hospitales y clínicas donde fueron atendidos muchos convencionistas, aunque esto no haya sido tan divulgado. Igual, los diversos grupos de ambientalistas que actúan en la entidad. Y los periodistas y medios de comunicación, que –honrar honra-- cumplieron a cabalidad su función de informar. También cientos de quintanarroenses (jóvenes y adultos, hombres y mujeres) que a través de las redes sociales de internet manifestaron su orgullo de que Cancún fuese sede de la convención de la ONU, y la defendieron; tema éste que tampoco es suficientemente conocido.
Todos ellos se ganaron una medalla de oro, así sea simbólica. Se comportaron a la altura de la importancia del fructífero encuentro que sostuvieron 194 países, con la única disidencia del protagónico Evo Morales, mandatario boliviano. Ya se ha comparado a este evento con el Mundial de Futbol o las Olimpiadas –por el número de naciones participantes y por la cobertura informativa--, donde todos los ganadores reciben medallas. ¿Por qué no darle una a los quintanarroenses?. Y que sea hoy, no mañana… o dentro de dos meses.
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EL OTRO MÉRITO.- Para Cancún se auguraba no solamente un fracaso similar a la COP 15 de Copenhague en 2009 sino represión gubernamental contra los miles de ambientalistas –muchos de ellos ciertamente radicales y violentos-- como igualmente ocurrió en Dinamarca con todo y que es un país del “primer mundo”. Y vale recordar que también en México se cuecen habas en lo que se refiere a cruentas represiones: el 28 de mayo de 2004, el gobierno panista de Jalisco, entonces encabezado por Francisco Ramírez Acuña --luego “premiado” por Calderón con el cargo de Secretario de Gobernación--, detuvo a 111 manifestantes altermundistas y 49 de ellos fueron encarcelados; casi todos padecieron maltratos y torturas que ameritaron el repudio nacional e internacional. Eso ocurrió en el marco de la Cumbre de Jefes de Estado de América Latina, el Caribe y la Unión Europea (ALCUE) celebrada en Guadalajara.
En Cancún no se repitió la historia: ni uno solo de los miles de inconformes ambientalistas fue detenido, mucho menos torturado. Hubo control sobre ellos. Y en gran medida fue logrado por la sensibilidad y experiencia políticas de Eduardo Ovando Martínez, secretario de Gobierno, y de Manuel Valencia Cardín, secretario particular del gobernador, y por la prudencia de Miguel Ángel Ramos Real, secretario de Seguridad Pública estatal. Estuvieron muy atentos, hicieron un discreto pero eficiente trabajo. Honrar honra, reiteramos…
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*Carlos Cantón Zetina es un periodista tabasqueño con una vasta trayectoria profesional de 45 años. Fue reportero y Jefe de Información del diario Excélsior y director general de las revistas de circulación nacional Quehacer Político, Polémica y Huellas.
http://carloscantonzetinadice.blogspot.com
http://laverdadseimpone.blogspot.com
Twitter: @cantonzetina

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