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martes, 16 de noviembre de 2010

LA RESPONSABILIDAD DE ROMÁN QUIAN ALCOCER EN LA EXPLOSIÓN DEL HOTEL


CANCÚN, Q.R., Martes 16 de Noviembre 2010.

CONSTE!
LOS CULPABLES

+ Debe ser expedita la investigación sobre la explosión en el hotel Princess
+ Carlos Joaquín y Román Quian le deben una explicación a la ciudadanía
+ Positivo, que el embajador de Canadá diga que sus connacionales seguirán viniendo

Por CARLOS CANTÓN ZETINA*
carlos_cantonz@hotmail.com

Ciertamente, es preciso acabar de tajo con la serie de especulaciones que ha desatado la terrible explosión en el lujoso hotel Gran Riviera Princess, en Playa del Carmen, para evitar lo que podría ser un severo daño a la imagen de los destinos turísticos del estado. Es imperioso que la investigación correspondiente concluya a la mayor brevedad posible, también para que los quintanarroenses sepan la verdad de lo que sucedió.
Sin embargo, todo indica que la edificación del complejo hotelero de la Riviera Maya estuvo plagada de irregularidades, incluso acciones de corrupción, que deben ser sancionadas con todo el rigor de la ley. Hay evidencias de que fue construido sobre una zona de manglares, con lo que se causó un severo perjuicio al ecosistema y se puso en riesgo vidas humanas, como lamentablemente se corroboró ahora. ¡Eso fue una infamia!.
El presidente municipal de Solidaridad, Román Quian Alcocer, y su inmediato antecesor Carlos Joaquín González, ambos priístas, deben explicar cabalmente por qué se otorgaron los permisos para erigir el Princess en áreas prohibidas y peligrosas, y por qué no se hicieron posteriormente las obligadas y eficaces supervisiones del inmueble.
Quian Alcocer, el deshonesto ex ejidatario convertido en multimillonario, ratificó su irresponsabilidad al no dar la cara cuando sucedió la explosión. Ni siquiera se dignó hacer acto de presencia en el lugar de la tragedia, luego de que se fue a Londres, Inglaterra, con un enorme séquito de “colaboradores”, derrochando recursos públicos. En esta columna periodística hemos dado cuenta de las acusaciones que pesan sobre él --incluida una averiguación previa de la PGR-- por su proclividad a traficar con terrenos como los del Ejido Playa del Carmen. Ya amasó una gran fortuna de ese modo, así como mediante la autorización de cambio de uso de suelo en beneficio de inversionistas.
Pero no serían Quian y Joaquín los únicos responsables de la irregular situación del Princess: también la secretaría federal del medio ambiente (Semarnat) y constructores inescrupulosos.
Empero, la prioridad hoy es que se aclaren fehacientemente las causas que originaron el estallido ante la urgencia de darles tranquilidad a los turistas extranjeros, sobre todo canadienses que constituyen el segundo núcleo más numeroso --después de los estadunidenses-- que regularmente visita la Riviera Maya.
Tiene vital importancia la conclusión de técnicos y autoridades de Quintana Roo: la posibilidad de que ocurran incidentes tan graves como el del domingo 14 en Playa del Carmen cuando perdieron la vida cinco ciudadanos de Canadá y dos trabajadores mexicanos (además de 18 lesionados) “es prácticamente nula, ya que en el evento se conjugaron algunos factores que difícilmente podrían repetirse”.
Y hay que destacar --porque es de gran beneficio para la imagen del estado-- la declaración del embajador canadiense en México, Guillermo Rishchynsky, de que su país “tiene toda la confianza en las autoridades mexicanas y será (Quintana Roo) un destino turístico que seguiremos visitando”. El diplomático ofreció además que difundirá “la manera objetiva y oportuna como se ha investigado el accidente y el respaldo otorgado a los lesionados y a los familiares de las víctimas”.
El mismo Rishchynsky recordó que cada año, alrededor de 800 mil de sus connacionales llegan a los centros vacacionales de Quintana Roo “y estamos seguros de que esa preferencia se mantendrá”.
Sin duda, esas afirmaciones atenuarán en gran medida el escándalo internacional que provocó la infortunada explosión, cuando faltan sólo dos semanas para la celebración en Cancún de la cumbre mundial sobre cambio climático –COP 16-- y cuando inicia la temporada alta de fin de año de afluencia de turismo extranjero. Es sabido que ambos hechos serán de gran beneficio para la economía del estado y la indispensable creación de empleos.
Respecto a lo ocurrido en el Princess, la explicación técnica de que se dispone hasta este momento es que se trató del encapsulamiento de aire en una caverna cercana al hotel, lo cual impidió evacuar, prácticamente desde hace cuatro años, el aire que a su vez se fue comprimiendo. En rigor, habría sido una “venganza” de la Naturaleza por hacer edificaciones sobre los manglares costeros, algo que desde hace años se ha hecho no sólo en Playa del Carmen sino también en Cancún.
Fue en 2006 cuando se inició la construcción del Princess, cuyos propietarios son empresarios españoles. Era alcalde Carlos Joaquín González. En aquel año, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) y el Movimiento Ecologista “Yax Cuxtal”, advirtieron puntualmente que la edificación violaba leyes ambientales. Y ni el entonces presidente municipal --hoy, presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados federal-- ni la Semarnat atendieron esa voz de alerta. Mucho menos los ambiciosos constructores.
Finalmente, el Princess empezó a funcionar el año pasado pero durante cuatro años que duró su edificación se lastimó severamente los manglares.
La versión de especialistas en el tema indica que la explosión fue consecuencia de la acumulación de gases biológicos emanados por manglares cegados --destruidos, pues-- a partir de que en la zona se levantó el hotel de capital ibérico. Así lo aceptó el procurador Francisco Alor Quezada, después de que, para no variar, cometió el error de precipitarse e informar que la causa había sido “una chispa producida por un motor o un horno”. ¡Otra vez Alor y sus desatinos!.
De Carlos Joaquín, ha sido público su afán de ayudar a empresarios a atentar contra el medio ambiente. Por ejemplo, en agosto de 2008, el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública del estado (Itaip) dio a conocer --como respuesta a la solicitud de un ciudadano-- un “convenio de colaboración” celebrado entre el ayuntamiento que presidía y las empresas “Inmobiliaria Nuevo León”, “Inmobiliaria Helmer” y “Cabi Conjuntos Residenciales”. El documento establecía claramente que esas empresas donaron 23.5 millones de pesos a la comuna de Solidaridad a cambio de que ésta gestionara todas las modificaciones ambientales y los permisos respectivos para la construcción de un megadesarrollo hotelero en la Riviera Maya.
El alcalde Joaquín tuvo ingresos por concepto de “donaciones” de constructores al menos en 2006 y 2007. En el primero de esos años, “recaudó” 195 millones 370 mil pesos, y en 2007 fueron 137 millones 368 mil pesos. Quedaron registrados presupuestalmente bajo el rubro de “Otros ingresos”.
Lo malo es que el ahora diputado federal tuvo que hacerle diversos “favores” a los inversionistas “generosos”. Y el medio ambiente fue el gran perjudicado…
(Por cierto, Mauricio Góngora Escalante, actual Tesorero de Solidaridad, se esforzó en servir de tapadera de Carlos Joaquín. Dijo que las donaciones habían sido sólo por 31.6 millones de pesos).
En julio de 2008, en plena fiebre de construcciones en Playa del Carmen y en general la Riviera Maya, el dirigente de la CROC, Uri Carmona Islas, se jactó de que entre aquella fecha y febrero de 2009 se edificarían nuevos hoteles que aportarían 4.500 habitaciones “que se sumarán a las 38.000 existentes”.
Respecto a Román Quian Alcocer, ha sido tan “espléndido” en conceder permisos ilegales a fraccionadores que el 28 de octubre pasado ejecutivos del Grupo Vinte --desarrolladora del fraccionamiento Real Ibiza-- le dio un premio por el enorme apoyo que le ha dado a los constructores… aunque arrasen con bosques y manglares.
El alcalde ex ejidatario ha tenido como cómplices, además de Góngora Escalante --el ambicioso personaje que quería ser presidente municipal--, a Eddie Flores Serrano, director general de Obras Públicas; José Alonso Durán Rodríguez, director general de Ordenamiento Ambiental y Urbano; Adrián Manzanilla Lagos, director general de Servicios Públicos; Jesús Puc, director de Protección Civil, y Jesús Martín Medina, director de Turismo y uno de sus privilegiados acompañantes a Londres.
En CONSTE! del jueves 30 de septiembre de este año (RATAS AGRARIAS) revelamos la maraña de complicidades que tejieron Quian y funcionarios federales (SRA, Procuraduría Agraria, Tribunal Agrario, Semarnat) para enriquecerse con la ilegal regularización de extensos predios donde se construyeron magnos desarrollos inmobiliarios.
Así, se explica la mendacidad de Gabriela Lima Laurents, actual Delegada de la Semarnat en Quintana Roo, quien en defensa de sus corruptelas refutó la versión del gobierno del estado al negar que la explosión en el Princess haya sido producto de los gases biológicos generados en los manglares cegados. “Entonces --dijo con harto cinismo-- en la Riviera Maya y toda la Península de Yucatán habría explosiones a cada rato, y no es así (…) Los permisos de construcción para el hotel estaban en orden”.
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*Carlos Cantón Zetina es un periodista tabasqueño con una vasta trayectoria profesional de 45 años. Fue reportero y Jefe de Información del diario Excélsior y director general de las revistas de circulación nacional Quehacer Político, Polémica y Huellas.

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Twiter: @cantonzetina

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